martes, 26 de julio de 2011

La leyenda del dragón y el ave fénix

Cuando todavía las aguas no estaban controladas y los ríos en su desborde arrasaban los campos, la diosa madre procreó benéficos descendientes que terminaron ordenando ese caos diluvial.

Trabajando en el control de los ríos, de los lagos, del mar y de las nubes, los brillantes dragones navegaron por las aguas y el cielo. Con zarpas de tigre y garras de águila, rasgaban con estruendo las cortinas de lo alto que chispeando ante el descomunal embate dejaban en libertad a las lluvias.

Ellos dieron cauce a los ríos, contención a los lagos y profundidad a los mares. Hicieron cavernas de las que brotaba el agua y por conductos subterráneos las llevaron muy lejos para que surgieran de pronto, sin que el asalto abrasador del sol las detuviera.

Trazaron las líneas que se ven en las montañas para que la energía de la tierra fluyera, equilibrando la salud de ese cuerpo gigantesco. Y muy frecuentemente tuvieron que luchar con las obstrucciones que provocaban los dioses y los hombres ocupados en sus irresponsables afanes.

De sus fauces brotaba como un humo la niebla, vivificante y húmeda, creadora de mundos irreales. Con sus escamosos cuerpos serpentinos cortaban las tempestades y dividían los tifones. Con sus poderosos cuernos; con sus afilados dientes, ningún obstáculo era suficiente, ningún enredo podía permanecer.

Y gustaban de aparecerse a los mortales. A veces en los sueños, a veces en las grutas, a veces en el borde de los lagos, porque en éstos solían tener sus escondidas moradas de cristal en las que bellos jardines se ornaban con frutos destellantes y con las piedras más preciosas.

El Long inmortal, el dragón celeste, siempre puso su actividad (su Yang) al servicio del Tao y el Tao lo reconoció permitiéndole estar en todas las cosas, desde lo más grande a lo más pequeño, desde el gran universo hasta la partícula insignificante. Todo ha vivido gracias al Long. Nada ha permanecido inmutable salvo el Tao innombrable, porque aún el Tao nombrable muda y se transforma gracias a la actividad del Long. Y ni aún los que creen en el Cielo y el Infierno pueden asegurar su permanencia.

Pero el Long ama al Feng, al ave Fénix que concentra el germen de las cosas, que contrae aquello que el Long estira. Y cuando el Long y el Feng se equilibran el Tao resplandece como una perla bañada en la luz más pura.

No lucha el Long con el Feng porque se aman, se buscan haciendo resplandecer la perla. Por ello, el sabio arregla su vida conforme al equilibrio entre el Dragón y el Fénix que son las imágenes de los sagrados principios del Yang y el Ying.

El sabio se emplaza en el lugar vacío buscando el equilibrio. El sabio comprende que la no-acción genera la acción y que la acción genera la no-acción. Que el corazón de los vivientes y las aguas del mar, que el día y la noche, que el invierno y el verano, se suceden en el ritmo que para ellos marca el Tao.

Al fin de esta edad, cuando el universo haya llegado a su gran estiramiento, volverá a contraerse como piedra que cae. Todo, hasta el tiempo, se invertirá volviendo al principio. El Dragón y el Fénix se reencontrarán. El Yang y el Ying se compenetrarán, y será tan grande su atracción que absorberán todo en el germen vacío del Tao. El cielo es alto, la tierra es baja; con esto están determinados lo creativo y lo receptivo… con esto se revelan los cambios y las transformaciones.

Pero nadie puede saber realmente cómo han sido ni cómo serán las cosas, y si alguien lo supiera no podría explicarlo.
El que sabe que no sabe es el más grande; el que pretende que sabe pero no sabe, tiene la mente enferma. El que reconoce la mente enferma como que está enferma, no tiene la mente enferma. El sabio no tiene la mente enferma porque reconoce a la mente enferma como la mente enferma.

sábado, 23 de julio de 2011

Ave Fénix: Mitología

El origen del Ave Fénix viene de los desiertos de Libia y Etiopía. Aun así, su nombre proviene del griego «phoinix» que significa rojo. Se le consideró un animal fabuloso, una especie de semidiós según la tradición, el Ave Fénix se consumía por acción del fuego cada 500 años, y un Ave Fénix nueva y joven surgía de sus cenizas.

Los griegos le dieron el nombre de Phoenicoperus, esto es alas rojas, apelativo que se extendió por toda la Europa romana y ha sido posteriormente adoptada para denominar al gran flamenco por todos los científicos del mundo. Para el pueblo griego consistía en un pájaro que, con sus alas perfumadas de deliciosos olores, se dirigía hacia el altar del sacerdote Heliópolis, donde se incendiaba el mismo con el fuego. Al día siguiente de su muerte, aparecía un gusano pequeño en el mismo lugar que se transformaba un día después en un gran pájaro adulto.

El Ave Fénix es un enorme pájaro envuelto en llamas y de plumaje rojo anaranjado, como el fuego. Se trata de un ser mágico y fabuloso que ha sido retratado en las diversas mitologías.
Se cree que fue el único animal del Edén que resistió la tentación, lo que le convirtió en un ser eterno. Este animal simboliza para las distintas culturas prácticamente la misma cosa; la inmortalidad y la resurrección.

Ave legendaria que vivía en Arabia. Según la tradición, se consumía por acción del fuego cada 500 años, y una nueva y joven surgía de sus cenizas. En la mitología egipcia, el ave fénix representaba el Sol, que muere por la noche y renace por la mañana .

El Fénix en China

Como el primero de los pájaros, el fénix ha sido aprovechado por teólogos y políticos, pues lo consideran como la mejor encarnación de la modalidad del rey magnánimo y de la política de benevolencia, y también un reflejo de la prosperidad y decadencia de la sociedad de entonces.

La gente antigua dividió cinco categorías que representaban la transparencia de la política china de esa época, en cinco movimientos del fénix. Hay también otras obras que tienen la misma descripción. Por ejemplo una dice así: "cuando el rey conmueve el cielo imperial, llega el fénix." En una palabra, cuando el sistema gobernante es honesto y recto, se conmueve al cielo imperial y sólo entonces vuela en el cielo el fénix.

Dicen que en la época de Confucio, reinaba la corrupción en las cortes imperiales de diversos reinos y Confucio suspiró con mucho sentimiento por su desaparición. De entre cien pájaros, el fénix es el primero en volar y es seguido por los demás, lo que corresponde a la diferencia de posición entre el emperador y los cortesanos.

Entonces muchos asuntos o cosas de los reyes o emperadores se coronaban haciendo alusiones a esta ave, como carretas, residencias, papeles, caballos, entre otras, exclusivas para la familia imperial o seres celestiales, mientras que otros no podían utilizarlos.

En el proceso de desarrollo de la cultura del dragón y del Fénix, se produjeron gradualmente las divisiones entre personas de ambos sexos, de modo que el dragón era exclusivo para hombres, y el fénix, para las mujeres. Pero generalmente esto era visto solo por la familia imperial.

Aunque con el paso de tiempo, en el pueblo en general lo consideraron como un animal de buen augurio, pues con el nombramiento, tanto de personas como de cosas, se busca expresar la fortuna y la suerte.

Se pronuncia en chino como Feng Huang. Feng significa el pájaro macho, y Huang, hembra. Feng y Huang vuelan en conjunto y significan la armonía matrimonial. Razón por la cual, en la habitaciones nupciales suele pintarse algunos motivos de esta ave volando.

Este significado del ave igualmente se remonta también a una leyenda de amor. Dicen que en la época de Qinmugong había una persona que se llama Xiao Shi, que era muy hábil en tocar la flauta vertical de bambú. El sonido de Xiao, podía atraerlo hasta su patio, a la grulla blanca y a otros pájaros. A él le gustaba mucho una de las hijas de Qinmugong, llamada Yu. Entonces, por tal originalidad, su padre aceptó el matrimonio de su hija con este flautista.

Después del casamiento, Xiao Shi enseñó diariamente a Nong Yu a imitar su canto. Unos años después, Nong Yu ya podía imitar magníficamente el canto real del ave y de muchas otras que se posaban en el patio de su casa. Luego Qinmugong construyó para ellos una plataforma. A partir de entonces, la gente ha tomado la atracción de Xiao como un símbolo de matrimonio armonioso.

Es considerado como un buen augurio y muy abundante en en los temas de fortuna y suerte. Un poema chino dice así: Viene un ave de cinco colores. No se le ve ya en mil otoños, pero cuando él aparezca, el Estado prosperará.